Tarde fría pero soleada de otoño, en la localidad rural de Domselaar, partido de San Vicente, a unos 70km del obelisco, en unas de las sedes de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) se cruzó el arte, la música y productores de alimentos, organización, tierra y trabajo, todos buscando una mejor vida, una vida más digna, más justa para el conjunto del pueblo trabajador.
El sábado 16 de junio cerca de las 18hs comenzó a sonar una cuerda de tambores locales para entrar en calor, para que cerca de las 18:30hs comenzaran los primeros acordes de Arbolito.
Tocaron más de una hora y media para unas 250 personas, una multitud para la localidad y algo íntimo para lo que acostumbra la banda. Durante el recital sonaron todos los clásicos y nuevos temas, varias chacareras, todo el público cantando y bailando en familia y con amigos, y sin faltar claro…. los cánticos criticando al gobierno. Todo esto junto es lo que habitualmente se denomina una fiesta!
¿Cómo se encontraron tocando para el pueblo de Domselaar y alrededores, lugares a los que les cuesta llegar la música popular y cuando sucede, ocurre a precios donde muchas veces son inaccesibles para mucha gente?
A.R: Bueno, la verdad que estoy muy feliz por tocar acá. Nunca había estado por esta zona.
P.B: Yo vivo cerca de acá pero nunca había venido para Domselaar.
A.R: Pasamos una tarde hermosa, con gente y familias que vinieron a pasar una jornada que no solo fue para escuchar música, sino también a apoyar. Vinimos todos acá a apoyar a gente que labura la tierra, que es un laburo hermoso, lleno de compromiso, lleno de convicciones esenciales para la vida del ser humano, que es producir alimento con sus manos, laburando la tierra, que es algo que a nosotros nos emociona y que creemos que el futuro es ese.
P.B: Y también el cómo producir esos alimentos…
A.R: Claro, alimentos que puedan ser más sanos, agroecológicos y producidos de manera autogestiva, de cooperativas…. Nosotros con nuestra música hacemos las cosas desde el mismo lugar entonces nos sentimos re contra hermanados con lo que se hace acá, en la organización.
P.B: Como se trabaja acá creo q se ve transmitido a lo que se hace con la música, con lo que hacemos nosotros con la música y eso genera una onda muy copada. Está bueno y se ve la necesidad de estos espacios. La organización, los productores, la festividad. El laburo de la tierra es muy visual en eso, uno ve que se labra, se siembra, crece y en este tipo de movidas uno lo siente, y eso está buenísimo… se genera una energía muy copada.
“Alimentos que puedan ser más sanos, agroecológicos y producidos de manera autogestiva, de cooperativas”
Sacándolos de la música. ¿Cómo vieron desde sus lugares, desde sus trabajos el último Verdurazo y el acampe en el Congreso, donde miles de pequeños productores reclamaron el avance una ley de acceso a tierras que soluciona estructuralmente un problema histórico del sector?
A.R: Creo que se le dio bola al reclamo, se hizo sentir. Se visibilizó la problemática, se explicó el problema y creo que la sociedad lo entiende y por eso acompaña el reclamo y cuál era el objetivo.
P.B: Sí, es muy visible porque es algo muy concreto. Vos hablas de algo que es muy básico, que es la alimentación, de la tierra… y ver cómo se organiza la gente para producir y entender que hay otra forma de hacer las cosas. Otra forma de sembrar, otra forma de producir y también de alimentarse, eso es fundamental.